“La vida nacional es influenciada por los medios de comunicación y los medios son influenciados por la vida nacional”[1] con esta frase podemos resumir los distintos momentos que atravesó el periodismo nacional en cada una de las fases del proceso independentista. Al hacer un poco de historia y revisando lo que acontecía a finales del siglo XVIII, encontramos los inicios de lo que años más tarde se conocería como la corriente independentista.
En ese contexto hacen su aparición periódicos como El Mercurio Peruano, y el Semanario Crítico, ambas publicaciones aparecieron con la consigna del patriotismo y libertad, recordemos que en aquellos años el Perú era una colonia más de España y este tipo de publicaciones causaban preocupación en los gobernantes.
Como contraparte de dichas publicaciones aparece lo que hasta hoy conocemos como periodismo oficialista que como primer referente tenemos a “La Minerva”, esta publicación claramente gubernista, buscaba el continuismo colonial como único camino de progreso conocido para nuestra nación. Minerva en la actualidad vendría a significar la versión de El Peruano.
Ante este panorama y como haciendo un poco de justicia, y a comienzos del siglo XIX se promulga la constitución de Cádiz, para ser más exactos se oficializó el 30 de Setiembre de 1812, ello significó el triunfo de las ideas liberales y el auge del periodismo, y gracias a ello se da inicio y a lo que conocemos como libertad de expresión, en aquellos años se le denominó “libertad de expresión e imprenta”.
Pero ¿Qué hacía tan importante esta constitución? Se puede preguntar cualquier ciudadano de esta época. Lo que hacía realmente interesante esta iniciativa era el artículo primero: “Todos los cuerpos y personas particulares de cualquier condición y estado que sea, tienen la libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas sin necesidad de licencia o aprobación alguna antes de su publicación…” como podemos darnos cuenta un interesante salto hacia la libertad de opinión.
Lamentablemente no todo dura para siempre pues dos años más tardes las autoridades españolas en toda la colonia dictaminan restricciones ante tanta publicación que difunden el patriotismo y la independencia peruana. En ese contexto se desarrollaron publicaciones como: El diario secreto de Lima que llegó a distribuirse en Lima, Trujillo , Buenos Aires y Bogotá; El Peruano, Peruano Libertad, El anti Argos, entre otras.
La libertad para publicar volvió por el 1820, cuando se hicieron cada vez más frecuentes las publicaciones y aquí un hecho curioso, pues los Jesuitas llegaron a cumplir un rol importante en las columnas de opinión, ellos buscaban la independencia. Esto les trajo más de un problema, incluso fueron expulsados de todas las colonias españolas y fueron a refugiarse a la Santa sede.
Años más adelante siguieron publicaciones más fuertes en contenido y en propósitos, pero con el transcurrir de los años y la guerra fueron desapareciendo.
Sin darnos cuenta han pasado 196 años desde que la constitución de Cádiz fue promulgada, marcando el inicio de la libertad de expresión que hoy disfrutamos.
¿De no haber sido promulgada dicha constitución los patriotas hubieran podido difundir sus pensamientos al resto de la población peruana? ¿Seríamos un país independiente en la actualidad? Curiosas las interrogantes planteadas, pero tomando un termino futbolístico diríamos que los propios españoles metieron gol en valla propia.
Historia del Periodismo en 2 min.
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